TIRODRIL
El médico decidirá entonces la conveniencia o no de utilizar Tirodril.
Aunque no es el tratamiento de elección, ya que puede atravesar la barrera placentaria y puede producir hipotiroidismo y bocio en el feto, deben sopesarse los posibles riesgos de efectos adversos y daño fetal que su administración representa frente a los debidos al hipertiroidismo continuo durante el embarazo.
El riesgo real de muerte fetal, bocio, hípotiroidismo o ciertas anomalías congénitas graves es bajo, especialmente si la dosis administrada a la madre es la menor dosis posible.
Los riesgos fetales se incrementan cuando se utilizan antitiroideos cerca del término del embarazo.
En muchas mujeres embarazadas, la disfunción tiroidea disminuye a lo largo del embarazo por lo que puede ser necesario una disminución de la dosis.
Los controles deben ser frecuentes y los análisis a efectuar han de contar con la realización del índice de tiroxina libre, o un método similar, con objeto de evitar la falsa información que puede ofrecer la determinación de las hormonas tiroideas circulantes a causa del incremento de la T.
B.
G. (Tiroxina ligada a la globulina).
Durante el último trimestre del embarazo se administra la mitad de la dosis diaria habitual.
En algunos casos puede interrumpirse el tratamiento durante las 2-3 últimas semanas.
Lactancia: No se debe administrar este medicamento durante la lactancia.